PRIMERAS LLUVIAS DE OTOÑO

Un entoldado de nubes
se ha ido extendiendo en el cielo
cubriéndole en el claro azul
con su olor ceniciento.

Lentamente se ha encimado,
traído en brazos del viento,
y a la viva luz del Sol
le ha menguado el lucimiento
hasta dejarla lechosa,
sin su brillo y sin reflejos.

Recién marchado el Verano,
cambia ya su cara el tiempo.

Primera lluvia de Otoño
Está cayendo del cielo;
Del entoldado de las nubes
Con su color ceniciento.

Finas y muy suavemente
las gotas caen al suelo,
sobre la reseca tierra,
sobre el duro pavimento,
sobre las sedientas plantas,
sobre el mar, sobre los techos,
y la gente se apresura
con sus paraguas abiertos,
y llega un olor a tierra mojada,
que expande el viento
ligero y acribillado
por el líquido elemento.

Chorrean hojas y ramas
de
los árboles y setos,
se empapan las sementeras
y se riegan los canteros
con esta lluvia bendita
que del toldo ceniciento
de las emplomadas nubes,
formando un cendal espeso,
le lleva el agua, que es vida,
a los campos y veneros.

Cuando el nublado suspende
El tul de agua de su riego,
El paisaje, tan lavado,
Parece un paisaje nuevo.

Rebelde